El lema del tercer día fue “Jesús llama a los jóvenes a la escucha de la palabra y al discernimiento de la voluntad de Dios”.
La misa fue presidida por el Monseñor Adalberto Martínez, Obispo Castrense, quien resaltó que las malas noticias son “el crimen organizado cuyos tentáculos transcienden las fronteras nacionales, el tráfico de personas, secuestros de personas, tráfico de drogas y armas”.
Por otra parte, el Monseñor mencionó que la raíz principal de los problemas en las familias paraguayas son producto de la inequidad social que se traduce en falta de condiciones y oportunidades para una vida digna.
Criticó que no se invierten correctamente las riquezas y los recursos generados por el crecimiento económico, como por ejemplo para el acceso a una educación y atención de salud de calidad.
Puntualizó que los modelos de producción y consumo siguen patrones egoístas lo que provoca deforestación y destrucción, por lo que muchas familias campesinas deben de desplazarse obligatoriamente de donde viven.
