“Tenemos que pedir perdón a todos los indígenas, campesinos, obreros, los que son marginados, heridos en su dignidad, explotados, abusados y violado, a los jóvenes a quienes negamos oportunidades en la vida y a todos los que dejamos en la pobreza en un país tan rico”.
No obstante resaltó que no basta con pedir perdón, ya que “hay que entrar seriamente en un proceso de conversión personal y social, un dialogo serio sobre el futuro de nuestro país de nuestro pueblo, de los jóvenes y de todo lo que el señor nos ha regalado”.
Así también, se refirió en torno a la pérdida de los valores dentro de las familias indígenas y a las peleas que surgen entre sociedades y sobre todo la familia.
Resaltó todos los problemas sociales por lo que los indígenas como pueblo están pasando, a causa de la falta de tierras para desarrollar una vida digna, por lo que son obligados a migrar a las ciudades donde son tratados como “molestias o basura de la sociedad” y se dejan arrastrar por los vicios sociales.
El lema del día fue «Jesús llama a los jóvenes a buscar la verdad y a vivir en la libertad de los hijos de Dios» por lo que exhortó a los jóvenes a no desanimarse y luchar por una buena convivencia social y a buscar siempre la verdad de Dios, pues “Jesús esta con ustedes”.
Cuestionó la forma tan “escandalosa” de deforestar el Chaco, unas 1.000 hectáreas por día, y sobre todo que el propio presidente de la República lo esté permitiendo, así también la concentración de la mayor parte de la tierra en manos de una minoría, exigiendo una reforma agraria que beneficie a más familias campesinas.
“Es urgente una conversión total del modelo de producción de proyecto país”, aseveró.
Por último pidió a los indígenas “a que busquen por todos los medios mantenerse unidos y que no se dejen corromper por el dinero y por ideologías raras que ofrecen nuestra sociedad”.
