De acuerdo a los datos que se tienen, Ibáñez había informado a Mario Abdo Benítez que renunciaría el día en el que se trataba la pérdida de su investidura, lo dijo antes del viaje de presidente a Guatemala y posteriormente a Estados Unidos.
El trascendido fue publicado por Última Hora, que accedió a una fuente cercana que no fue identificada por el medio.
Abdo Benítez junto al futuro vicepresidente de la República, Hugo Velázquez indicaron que era la salida más adecuada que podía tomar ante la presión que pesaba sobre toda la Cámara Baja, y en particular, sobre los legisladores de la ANR.
Sin embargo, Ibáñez se aferró a su banca, y tomó más fuerza con la ayuda de los diputados Carlos Núñez Salinas y Tomás Ever Rivas, quienes le alentaron a que no renuncie.
Referentes del movimiento Colorado Añetete, del presidente electo, como Arnoldo Wiens y Eduardo Petta, manifestaron que el legislador debe dimitir.
El caso Ibáñez
José María Ibáñez fue beneficiado con una medida alternativa al proceso semanas atrás. El legislador devolvió G. 30 millones y donó un generador como sanción por pagar a sus tres caseros con dinero del erario público.
El pasado miércoles, el diputado fue juzgado por sus pares en una sesión en que se trató la pérdida de su investidura.
En su defensa, esgrimió diversos tipos de argumentos, tiroteó contra periodistas, medios, dueños de medios, grupos económicos, entre otras cuestiones.
La indignación de la ciudadanía estalló cuando cuando fue absuelto por su pares y pidió permiso sin goce de sueldo por 30 días.
Diversas muestras de repudio se dieron desde el miércoles en horas de la tarde. Incluso, su casa fue objeto de un escrache.
