El pasado 18 de julio, una adolescente de 13 años llegó hasta el Hospital San Pablo con cólicos relacionados al periodo menstrual, acompañada del padrastro y su madre.
Posteriormente, el médico que se encargó de tomarle sus signos vitales ordenó que se le suministrara Dipirona y Ondansetrón. Después de que el enfermero le proveyera la dosis ordenada, automáticamente la joven empezó a convulsionar y posteriormente tuvo un paro cardiaco.
La joven fue trasladada a otro centro asistencial, donde se encuentra ya hace tres meses, internada en terapia intensiva, y en estado vegetativo.
El abogado del padre biológico de la niña, Pablo Gallo, manifestó que el progenitor vive en Ciudad del Este pero vino a Asunción a realizar la denuncia en la unidad fiscal a cargo de Patricia Calabrese, el mismo día en que ocurrió el hecho.
De acuerdo a lo que el letrado indicó en conversación con C9N, actualmente la caratula de la carpeta fiscal dice Personas innominadas sobre hechos punibles a determinar porque “mala praxis” como tal, no está contemplada en el Código Penal, por lo que se está investigando si hubo una lesión grave contra la menor, y si el proceso llevado a cabo por el medico se hizo o no, luego de consultar historial médico de la niña.
Mencionó que ya declararon testigos de que la niña ingresó solo con los cólicos menstruales, es decir, sin otra dolencia y caminando. Así como el director del Hospital San Pablo, este último de forma informativa.
Por último, mencionó que la Fiscalía aun no llamó a declaración indagatoria a los supuestos responsables de suministrar los fármacos (médico tratante y enfermero), debido a que el Ministerio Público debe recolectar más elementos convincentes del hecho.
