Jorge Cabrera, director legal de asuntos externos de la BAT para el Cono Sur expresó: “Vemos con muy buenos ojos la regulación. Es muy importante tener una específica para los vaporizadores. Buscamos que se conozca la verdad sobre el vapeo y que se conozcan las ventajas de reducción de riesgo que trae la vaporización, y que aquellos que quieren seguir ingiriendo nicotina lo hagan de una manera más segura”.
Indicó que no se debe homologar el marco regulatorio del vaporizador con el de los cigarrillos convencionales, ya que son productos totalmente diferentes con efectos distintos sobre la salud.
Dijo que existen incluso experiencias a nivel internacional en las que son las mismas autoridades sanitarias las que alientan a los fumadores a dejar de fumar u optar por el cigarrillo electrónico como alternativa.
“Si le damos el mismo tratamiento que la categoría de un producto de tabaco en materia de advertencias sanitarias, comercialización y publicidad, vamos a desalentar el uso de este dispositivo que disminuye en un 95% los efectos dañinos del cigarrillo convencional”, refirió el gerente de asuntos regulatorios, Julio Vandorsee.
Explicaron que la regulación debe establecer explícitamente la prohibición de compra y consumo de los vapeadores por parte de menores.
La British American Tobacco invierte millones de libras al año en investigación para obtener nuevos productos con menor riesgo para la salud. La compañía produce vapeadores que se comercializan en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Colombia, Guatemala, en países de Asia entre otros.
En Paraguay, aún no han incursionado con los cigarrillos electrónicos, ya que arriban a los países cuando éstos establecen un marco legal para la comercialización, apuntaron.
