En comunicación con GEN, la abogada refirió que cuando sucedieron los hechos la niña no contó nada a su familia. El gimnasio en cuestión se encuentra ubicado en el mismo edificio donde vive la familia.
De acuerdo al relato de la abogada, la niña estaba entusiasmada con las clases de baile que se daban en el lugar, sin embargo, luego de un tiempo ya no quiso acudir.
Posteriormente comenzó a presentar cambios en su comportamiento, y la madre lo asoció a un viaje del padre.
Pasaron los meses, y en un día la mamá la escuchó hablando con un peluche y al que le dijo: “¿Qué decís si le contamos la verdad a mamá?”.
En ese momento la madre intervino y le consultó que estaba pasando. Luego de esto la niña le indicó a la madre que ella tuvo mucho miedo después de lo que le pasó.
Le preguntó a su mamá si ella tuvo la culpa de lo que le sucedió, dando a entender lo ocurrido. Ante esto, la madre le comunicó al padre lo sucedido y este retornó de su viaje para realizar la denuncia ante la Fiscalía.
Al día siguiente, la hermana del dueño del gimnasio fue junto a la madre de la niña y le cuestionó sobre la denuncia en la que se vieron involucrados el propietario del local y uno de los usuarios.
Tras lo sucedido la familia tuvo que mudarse, y en consecuencia la niña presenta bajo rendimiento académico.
Aparentemente los hombres le taparon los ojos a la niña, pero ella los identificó a través de sus voces.
Más detalles abajo.
😕 Denuncian abuso de una niña de 11 años en un gimnasio
🗣 «La niña habló primero con su peluche y luego le preguntó a su mamá «¿Soy culpable de lo que me pasó?»», relata la abogada María Victoria Cabral.
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