El 28 de mayo de 2019, Wilma Castillo Noguera tenía que encontrarse con su pareja y padre del hijo que estaba esperando, Martín Antonio Vera, quien debía darle dinero para realizarse un estudio médico.
Vera la llamó cinco veces para informarle que su vehículo se había descompuesto y que estaba en un taller, por lo que le sugirió que ella camine por la Avenida Avelino Martínez y que en algún momento la iba a alcanzar, ya que el mecánico lo iba a trasladar en una motocicleta hasta su encuentro.
“Hacía frío, lloviznaba, encima en esa avenida no hay lugar para caminar y por el embarazo ella iba lentamente”, recordó la agente fiscal en contacto con ABC TV.
Al alcanzar la intersección de la calle Atlanta, una zona despoblaba y sin cámaras, se acercó una motocicleta de la que descendió un acompañante, le sacó su cartera y realizó tres disparos, (dos en la cabeza y uno en el hombro). La mujer tiene alojados los proyectiles en el cuerpo hasta la actualidad.
“Ella al principio pensó que era su pareja quien descendió de la moto, ella giró con una sonrisa y como para abrazarle”, mencionó Girala, quien agregó que la víctima tuvo que fingir su muerte para no sufrir más disparos, soltando un suspiro e inmovilizándose.
Tras el hecho, un testigo siguió a los autores hasta que se encontró con una patrullera de la Policía Nacional, dando alerta sobre la situación y derivando así en otra persecución que terminó con la detención de los implicados en el ataque, quienes tenían fotos de la mujer entre sus pertenencias.
“Hasta ahora digo que es milagroso cómo ella sobrevivió junto a su hijo, ahora el niño está por cumplir tres años y debe tener una misión muy importante en esta vida”, comentó la fiscala.
Luego de ir avanzando en la investigación del llamativo caso, ya se pudo detectar que el atentado fue planeado por Martín Antonio Vera, pareja de Wilma, y su esposa, Bernardina Duré Aquino, quienes fueron condenados el lunes como autores intelectuales del hecho a 20 años de prisión.
Mientras que los autores materiales: Marcos Brítez Armoa, conductor de la moto, y Roque Javier Vera, hermano de Martín, fueron condenados a 20 y 22 años de prisión respectivamente.
Roque Vera recibió la pena más alta, debido a que se comprobó que él realizó los disparos contra la mujer y durante el juicio pidió disculpas por el hecho.
Finalmente, Girala sostuvo que hasta ahora Castillo no puede creer que su pareja fue el que había planeado el atentado, porque se mostraba muy feliz con la idea de tener al bebé, pese a que había distintas pruebas que lo incriminaban.
