Este jueves, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Guyana, Irfaan Ali, se han reunido en San Vicente y las Granadinas en medio de crecientes tensiones por la antigua disputa territorial que enfrenta a ambos países. La reunión, promovida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y la Comunidad del Caribe (CARICOM), se presenta como un intento de abordar las diferencias y encontrar soluciones efectivas.
La controversia se centra en el Esequibo, una zona de 160,000 km² rica en petróleo y recursos naturales que ha sido objeto de disputa durante décadas. Georgetown administra esta región, mientras que Caracas la reclama como parte de su territorio. La tensión aumentó en 2015 cuando la compañía petrolera estadounidense ExxonMobil descubrió importantes yacimientos de crudo en la zona en cuestión.
El presidente Maduro ha expresado su intención de buscar soluciones a través del diálogo y la negociación. Afirmó: “Vengo a buscar por la única vía que hay, la vía del diálogo y la negociación, soluciones efectivas”. Esta declaración es una respuesta a la consulta popular realizada el pasado 3 de diciembre en Venezuela, en la cual se aprobó la creación de una provincia venezolana en la región en disputa y la concesión de la nacionalidad a sus habitantes. Guyana calificó esta consulta como “una amenaza directa”.
Sin embargo, las posiciones de ambos líderes en esta reunión parecen ser antagónicas. Maduro considera este encuentro como “un gran logro” para abordar directamente la controversia territorial, mientras que Ali niega que la disputa esté en la agenda y sostiene que debe resolverse en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuya jurisdicción no es reconocida por el gobierno venezolano.
Los analistas señalan que, aunque esta reunión puede ayudar a “desescalar” las tensiones, es poco probable que tenga un gran impacto en la resolución de esta centenaria disputa bilateral. Sadio Garavini di Turno, exembajador de Venezuela en Guyana, sugiere que los intermediarios podrían buscar una declaración que indique una reducción de la escalada y un compromiso para seguir dialogando y aliviar las tensiones.
La situación se ha complicado aún más con la participación de actores internacionales. Guyana llevó el caso al Consejo de Seguridad de la ONU y anunció contactos con “socios” militares, incluyendo el Comando Sur de Estados Unidos. Brasil, por su parte, ha anunciado su decisión de reforzar sus fronteras.
La disputa por el Esequibo no solo involucra intereses territoriales, sino también recursos petroleros, lo que ha generado un aumento en la retórica antiimperialista por parte del gobierno venezolano, que acusa a Ali de ser “un esclavo” de ExxonMobil. Curiosamente, Venezuela ha evitado mencionar a otras grandes compañías con participación en la concesión de Guyana en el área, como la China National Petroleum Corporation y Chevron, ambas operando en el país.
En medio de esta compleja situación, el canciller venezolano, Yván Gil, plantea la posibilidad de que se pueda hablar de “cooperación en materia petrolera y gasífera” durante esta reunión. Destaca los acuerdos de Petrocaribe, a través de los cuales Venezuela suministra petróleo a precios preferenciales a países caribeños, como ejemplos concretos que podrían servir como base para futuros acuerdos con Guyana.
Si bien esta reunión puede ser un paso positivo hacia la reducción de las tensiones, queda por verse si logrará avanzar hacia una resolución más sólida y duradera de la disputa territorial
Fuente: El Universo