Un ambiente de preocupación se instaló en la comunidad científica paraguaya frente a la propuesta del proyecto “Hambre cero”, impulsado por el presidente Santiago Peña.
Este proyecto, que busca garantizar la alimentación escolar centralizando los recursos obtenidos de Brasil por la cesión de energía de Itaipú, generó inquietud en diversos sectores por el riesgo que representa para la financiación de áreas vitales como la investigación y el desarrollo.
La Sociedad Científica del Paraguay manifestó su alarma ante esta ley que podría, en su opinión, asestar un golpe crítico a la investigación científica en el país. La preocupación radica en que la centralización de estos fondos para el programa de alimentación escolar desviaría recursos esenciales que actualmente se destinan al soporte y fomento de la ciencia nacional.
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Este temor no es infundado, considerando que el Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, iniciado en 2012 y previsto a concluir en 2027, se encuentra en pleno desarrollo. Con 312 proyectos de investigación y desarrollo, cuatro proyectos estratégicos y 20 proyectos multicéntricos en marcha, la potencial reducción de fondos representaría un retroceso significativo para el avance científico del país.
La Sociedad Científica del Paraguay a la opinión pública. Comunicado sobre el proyecto de “Hambre Cero en las escuelas”. pic.twitter.com/UQUp38EyZt
— Sociedad Científica del Paraguay (@SCientificaPy) January 30, 2024
Además, el Programa Nacional de Incentivo para los Investigadores, que actualmente beneficia a 700 científicos, podría verse seriamente afectado.
La propuesta de “Hambre cero”, que apunta a la universalización de la alimentación escolar para 1.300.000 estudiantes durante los 180 días del año lectivo, implica la reasignación de todo el dinero del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), equivalente a unos USD 250 millones, a este fin.
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Esta reorientación de fondos dejaría sin financiamiento al Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), vital para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y otros proyectos, incluyendo la ley de arancel cero, el Fondo Nacional de Salud, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) y proyectos de infraestructura educativa.
Fuente: Última Hora.
