Este martes, a las 18:07, una gran explosión arrasó con la capital del Líbano, hecho que dejó unos 100 muertos hasta el momento y 4.000 heridos, cifras que con el transcurso de la jornada podrían aumentar, debido a que hay muchas personas desaparecidas.
De acuerdo a lo informado por CNN, la explosión está relacionada con un gran suministro de material explosivo confiscado y potencialmente no asegurado, concentrado en un almacén en el puerto de la ciudad, cerca de áreas pobladas.
Los lugares afectados son la histórica Plaza de los Mártires; los barrios Gemmayzeh y Mar Mikhael, famosos en la escena de los bares en Beirut; la histórica mezquita Mohammad Al-Amin; Grand Serail, el palacio de gobierno, y el Palacio Baabda, la residencia oficial del presidente.
La explosión incluso se sintió en Chipre, a unos 240 kilómetros (150 millas) de distancia, y se registró como un sismo de magnitud 3,3.
Entre los muertos se encuentran el secretario general del partido político Kataeb, Nazar Najarian. Estaba en su oficina cuando ocurrió la explosión y murió después de quedar gravemente herido.
Un grupo de 10 bomberos que trabajaban para el municipio de Beirut está desaparecido, afirmó el gobernador de la ciudad, Marwan Abboud.
Por otra parte, un australiano murió y el edificio de la embajada australiana fue afectado, dijo el primer ministro de Australia, Scott Morrison. Dos ciudadanos filipinos también murieron por la explosión y otros ocho resultaron heridos, de acuerdo con un comunicado de la embajada de Filipinas en Beirut. Otros 11 marineros filipinos también están desaparecidos.
Un ciudadano japonés y un ciudadano indonesio también resultaron heridos, según las autoridades de dichos países.
