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Cuerpos presentan heridas de armas blancas de distintos tamaños, según Lemir

Desde la morgue judicial dieron detalles de la autopsia a la que fueron sometidos los cuerpos encontrados en el penal de Tacumbú, tras el motín ocurrido el martes. Uno de los cadáveres fue decapitado post mortem.

Dr. Pablo Lemir, médico forense. Foto: Radio Ñandutí.

En conferencia de prensa en la morgue judicial, el Dr. Pablo Lemir y sus colaboradores detallaron lo que hallaron tras la realización de la autopsia de los seis fallecidos en el amotinamiento del martes en Tacumbú.

Antes de iniciar con su informe el médico forense, confirmó que un séptimo cuerpo fue rescatado y que el especialista de turno ya fue hasta el penal para realizar el levantamiento de los restos.

“Nuestro médico forense de turno se está yendo a hacer el levantamiento de un séptimo cuerpo, ese cuerpo también va a ser traído a la Morgue Judicial, se va a proceder a la autopsia también, eso no sé si haría hoy o mañana porque va a depender de una orden judicial”, informó.

Por otra parte, mencionó que uno de los tres cuerpos decapitados, le fue cercenada la cabeza ya después de muerto. Resaltó que se percató de eso a simple vista por lo que se animó a confirmarlo, no así los demás cuerpos que fueron inspeccionados minuciosamente.

“Uno de los cuerpos es evidente que sufrió decapitación post-mortem por eso me animé a decirlo, para los demás debo de analizar minuciosamente. En principio tenemos que afirmar que todas las muertes fueron por heridas de arma blanca. Algunos de los cuerpos sufrieron decapitación post-mortem”, detalló.

Así mismo, confirmó que los cuerpos ya inspeccionados presentan todo tipo de herida de arma blanca en varias partes del cuerpo, incluso uno de ellos presentó una evisceración del intestino.

“Hay heridas en la espalda, en el abdomen, en el tórax, hay una persona que lamentablemente la herida produjo la evisceración por parte del intestino. Todas las heridas son de arma blanca, también se sacan los tejidos para ver si no hay rastros de pólvora y de quemaduras. Hay rastros de quemaduras, pero no están incinerados los cuerpos, ni calcinados”, indicó.

El médico forense que lo acompañaba resaltó que las armas utilizadas fueron de distintos tamaños y que uno de los asesinados murió desangrado, luego de sufrir una herida penetrante en el cuello que afectó la arteria carótida.

“Los cuerpos presentan heridas de armas blancas de distintos tamaños y todas fueron heridas penetrantes, muchos de ellos a nivel del tórax en el abdomen. En el caso de uno de ellos, tenía una herida penetrante a nivel del cuello que lesionó una arteria importante que es la carótida provocando así un shock hipovolémico como causa de muerte”, refirió.

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