Según la CGR, Cáceres Flores adquirió una fortuna injustificable habiéndose disparado tras la pandemia por el Covid-19, coincidente con el periodo en que ejerció como jefe de Gabinete de la Municipalidad de Asunción.
La denuncia penal tuvo entrada el viernes en la Fiscalía, la misma está firmada por el propio contralor Camilo Benítez.
Cáceres había sido designado como jefe de Gabinete por el entonces intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez y continuó en el cargo tras la asunción provisoria de César Ojeda, quien reemplazó al jefe comunal tras renunciar para buscar la reelección.
En su nota, el contralor advierte que las declaraciones juradas de Cáceres presentan varias “inconsistencias” y adjuntaron 73 fojas de documentación sobre las presuntas irregularidades.
La Contraloría determinó en el examen de correspondencia, que ni Cáceres, ni su esposa, la odontóloga Ruth Da Silva, pudieron justificar con su salario la mansión que se construyeron de manera meteórica en el barrio Lote Guasu de San Lorenzo y también hay irregularidades con otras propiedades declaradas.
Además, se registraron sospechosos movimientos bancarios sin aparente respaldo legal, sumado al hecho de que mientras su fortuna crecía, no había ingresos suficientes que los justifique, registrando un déficit de G. 233.273.584 y aun así se daban todos los lujos.
También fue hallada una presunta evasión impositiva.
Wilfrido Cáceres el cerebro de “Nenechopapers”
El exjefe de Gabinete de “Nenecho” demostró ser el cerebro de “Nenechopapers”, ocurrido en la Municipalidad de Asunción en el 2020. El intendente de Asunción, lo puso al frente para organizar las contrataciones y uso de fondos de pandemia.
Tras el primer año, saltaron indicios de sobrefacturaciones, insumos fantasmas, familias favoritas en licitaciones y contrataciones millonarias, de acuerdo al informe de ABC.
Rodríguez y Cáceres, realizaron una serie de contratos a escondidas sin utilizar la plataforma de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas, por un total de G. 16.600 millones, solo por Covid -19.
Entre los insumos comprados con indicios de sobrecostos fueron hallados: saturometros por G. 885.000 cada uno, el famoso “detergente de oro” por G. 390.000 proveídos en gran cantidad por al menos tres empresas.
